En Perú hay un mesías de los Andes que tiene diputados en el congreso

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Dicen ser los nuevos emisarios en la Tierra de los hebreos de la época de Cristo. Se visten con túnicas y mantienen los pelos largos. Las mujeres llevan un pañuelo en la cabeza y los hombres abundantes barbas. Creen en un paraíso regido por la Biblia e inspirado en el antiguo imperio de los Incas. Pertenecen a la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aemimpu), más conocidos como “los israelitas”, creada por el mítico Ezequiel Ataucusi Gamonal, que se había autoproclamado la representación de Cristo en la Tierra, la encarnación del Espíritu Santo. En 1989, este Mesías de los Andes decidió entrar en la política y fundó el Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap), un partido agrario, teocrático y mesiánico del que fue candidato presidencial tres veces antes de morir en el 2000. Ahora, el Frepap, liderado por uno de los hijos de Ataucusi, se convirtió en la tercera fuerza más votada de un atomizado Congreso tras obtener el 8,25% de los votos a nivel nacional. Los “israelitas” con sus túnicas, cabellos hasta la cintura y barbas prominentes ya se pasean por el palacio legislativo de Lima. Tienen 16 bancas.
Las enseñanzas de Ataucusi son una mezcla del Viejo Testamento y la cosmovisión de los incas, en la que Perú representa la tierra prometida. “Para los israelitas, Perú es un país privilegiado. Es el Israel de Occidente, así como Ataucusi era el Cristo de Occidente”, describe a la BBC Carlos Ernesto Ráez, un antropólogo peruano que estudia a esta organización desde hace dos décadas. “Por eso su misión es, entre otras, difundir la importancia de este país como espacio de salvación. Aunque creen que la democracia es una vía para difundir su prédica, en su ideario se manifiestan como un partido teocrático. El fin último, en algún momento no determinado en el futuro, es establecer una teocracia”, explica Ráez. Los “israelitas” creen que en algún momento va a haber una crisis económica, social, ambiental y política en Perú y en el mundo que va a causar tanta desolación, que el mismo pueblo será el que le pida a estos mesiánicos que asuman el control.
En términos más prácticos, es un partido que, en su doctrina religiosa y en lo político, le da una enorme importancia a la agricultura, la ve como una actividad “bendecida”. Consideran que la agricultura familiar-artesanal es el motor de la economía. Entre sus propuestas de campaña está la de “salarios justos” para los agricultores y la de crear institutos de investigación agraria en todas las provincias y municipios. También, la eliminación de la inmunidad parlamentaria, la reducción de la jornada laboral de 48 a 44 horas sin bajar el salario y aumentar el impuesto a la riqueza. Pero su mayor preocupación es la educación. Quieren implanta una cultura moral y ética evangelista en las escuelas. Son muy conservadores en todas sus costumbres y si bien aseguran que las mujeres están al mismo nivel de igualdad que el hombre, ellas mantienen una vida tradicional ocupándose de la casa y de los hijos. También están en contra del aborto y el matrimonio igualitario. En la primera conferencia de prensa que dieron después del triunfo, el diputado electo Wilber Cayllahua, se refirió a los homosexuales como “ciudadanos que están enquistados, en su corazón y sangre, con el mal”.
En los Andes peruanos hay una larga tradición de mezcla de religiones y personajes justicieros de “origen divino”. Esa fue la concepción alrededor de las rebeliones de Juan Santo Atahualpa y Tupac Amaru. El campesino quechua Ezequiel Ataucusi, que también fue zapatero en su pueblo de Huarhua, al sur de Arequipa, creó la Aeminpu en 1968. Se había formado en la Iglesia Adventista pero después de asegurar que había recibido un “encargo celestial”, impulsó su propia agrupación con una especie de fusión entre la cosmovisión andina y la evangélica. En un primer momento tuvo 30 seguidores. Hoy, hablan de un millón de “israelitas”.
El historiador Wilfredo Kapsoli, autor del libro “Guerreros de la oración: las nuevas iglesias en el Perú, define así la filosofía de “los israelíes”: “Ataucusi interpretó los textos bíblicos para asociarlos libremente con la realidad de su país y señalar que Perú es un `país privilegiado´ que fue escogido por Dios como el `nuevo Israel´, algo que infiere de `diversas señales en los textos bíblicos´, como la ubicación geográfica y el escudo del país. También instauró en su congregación `valores de la cosmovisión andina, como el destino del hombre dado al trabajo, tanto en este mundo como en el otro. Y le agregó una narrativa inca muy ligada a un discurso de identidad que fue importante para la adopción de esta religión por miles de hombres y mujeres andinos que, marginados en medio de la migración del campo a la ciudad, la pobreza extrema y el conflicto armado de los años 80, necesitaban esperanza”.
En 1989, cuando ya tenía decenas de miles de seguidores que vivían en comunidades en la selva y en las sierras, Ataucusi creó el partido político, el Frepap. Su objetivo era acumular poder para que no le arrebataran las tierras donde sus seguidores habían levantado las colonias . Seis años después, en 1995, logró tener su primer congresista. En 2000 otros dos, pero no volvieron a ganar representación parlamentaria en 2001 ni en 2006. Hasta los 16 diputados de este año. Ataucusi fue candidato presidencial en las tres elecciones con muy malos resultados. Incluso se acercó a Mario Vargas Llosa, cuando éste se presentó a las presidenciales de 1990, pero después decidió seguir con su propia candidatura.
En junio del 2000, Ataucusi enfermó y se murió. Sus seguidores estaban seguros de que iba a resucitar al tercer día. Mantuvieron expuesto el cadáver hasta que se dieron cuenta que la profecía no se iba a cumplir. Lo enterraron de apuro y comenzaron a buscar respuestas. El antropólogo Juan Ossio, que estaba en ese momento en ese lugar. “Cuando la gente tiene fe puede encontrar muchas explicaciones. Por ejemplo, ellos hacían el cálculo de cuándo iba a llegar el Fin del Mundo. Como fallaban las fechas, comenzaron a decir: bueno, lo que sucede es que Dios ha dado una tregua a la humanidad y como no hemos llegado a expandir el movimiento a los cuatro cantones de la Tierra, le ha dado la potestad a Ezequiel Ataucusi para que él tome la decisión de cuándo debe llegar el Fin del Mundo. Ese día será cuando él se vista con la túnica roja y azul, que es como lo representan. Allí hay una semejanza con la figura del Inca, que tenía la capacidad de detener el tiempo. La divinidad de Ataucusi tiene la capacidad de poder decretar el Fin de la Humanidad. Cuando no resucitó, la gente empezó a decir: bueno, resucitó en nuestros corazones”.
Ataucusi fue acusado de violaciones, privación de la libertad, robo y otros delitos, pero nunca lo condenaron. Una de sus primeras seguidoras, Natividad Puchuri, que había sido llevada por sus padres a una de las comunidades en Puerto Bermúdez-Oxapampa, relató a la prensa peruana como Ataucusi la violó cuando tenía 13 años y la mantuvo a su lado bajo amenazas hasta que cuatro años más tarde tuvo una niña, Raquel. El “mesías” las abandonó. Cuando Raquel cumplió 14 años fue a buscarla y se la llevó a Cieneguilla, a 40 kilómetros de Lima, donde había levantado su “templo”. Poco antes de morir le dijo a sus fieles más cercanos que Raquel debía ser la heredera, la nueva líder. Pero cuando ya no podía digitar nada, fueron sus hijos mayores los que se quedaron con el liderazgo de la secta. Hasta que también se pelearon y Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, que ahora tiene 47 años, se quedó con todo. Y se convirtió en un hombre todopoderoso custodiado por decenas de guardaespaldas armados hasta las cejas. Tuvo acusaciones de narcotráfico y delitos financieros, pero también salió airoso de los juicios.
De todos modos, los que estudiaron en profundidad a este movimiento indo-evangelista creen que su mayor virtud fue competir en las sierras con el poder de Sendero Luminoso, el grupo guerrillero maoísta que azotó a Perú en los ochenta. “Lo que sucede es que los israelitas forman parte de un estrato social muy semejante al de la gente que se adhería a Sendero Luminoso”, explica el antropólogo Juan Ossio que vivió un tiempo con los “israelitas”. “Era gente que buscaba adherirse a verdades que le permitieran superar su sentimiento de crisis. Cuando se vive una crisis lo que la gente busca es esperanza. Y la alternativa estaba entre un movimiento que les ofrecía la posibilidad de ser ellos los dueños de la riqueza quitándosela a los propietarios, a los ricos, criticando al Estado burgués al que responsabilizaba del estado de pobreza y frustración en que se encontraban; o encontrar el orden a través de un profeta que les ofrecía llegar a la Tierra Prometida siempre y cuando aceptaran las reglas de su religión. Si no hubiese existido esta vertiente pacífica, digamos que los senderistas hubiesen campeonado. Sendero tenía esta cosa metafísica de un líder, Abismael Guzmán, que se había convertido en el verdadero intérprete del socialismo. En el otro caso, Ezequiel Ataucusi era el intérprete de la Biblia, el que les podía dar las luces necesarias para comprender el Antiguo y el Nuevo testamento. Entre una y otra, muchos prefirieron la ruta pacífica”.
Ahora, los “israelitas”, consiguieron la llave del poder. Con sus 16 escaños serán árbitros de las políticas del gobierno del presidente Martín Vizcarra. Los legisladores de las túnicas aseguran que trabajarán sin descanso todos los días del año salvo las tres semanas del año que son “sagradas”. Es cuando los fieles de la Aemimpu celebran la ceremonia del holocausto durante siete días seguidos, de sábado a sábado. Queman hasta incinerar un toro y dos corderitos previamente macerados. Le cantan al dios de Jacob, apoyándose en la música del Himno Nacional o El Cóndor Pasa. Y gritan hasta el delirio cuando escuchan una grabación del Mesías de los Andes recitando “sus diez mandamientos”.