Tres hombres fueron condenados por el Tribunal Oral Federal de Santa Rosa por distribuir y vender droga en Lonquimay y Catriló. La sentencia es de hace dos meses, pero recién se conoció esta semana luego que retomara sus funciones la Justicia Federal por la cuarentena obligatoria.
Uno es el taxista santarroseño Pablo Javier Silva, de 39 años, quien llevaba la droga recibió una condena a seis años de prisión y los otros Lucas Santiago Santa María y Nicolás Gómez García, de Catriló y Lonquimay, que recibieron 4 años de prisión por el delito de comercialización.
Los tres fueron detenidos el año pasado junto a contactos locales en Lonquimay, Riglos y Catriló, después de meses de escuchas telefónicas. Cinco personas que estaban detenidas e imputadas, algunos de Miguel Riglos, fueron absueltas por el beneficio de la duda y liberadas.
En su confesión durante el juicio, Silva aseguró que les vendía a personas “pudientes”, incluso abogados y funcionarios, aunque no los identificó. Tampoco, por temor, nombró quién le entregaba la droga.
La policía detuvo a Silva el 23 de mayo del año pasado después de una persecución, porque intentó fugarse, al intentar ingresar a la casa de un familiar en Toay. El procedimiento para desbaratar la banda se inició en la noche del jueves, cuando se estaba realizando una entrega en la rotonda de “Los Cañones”, ubicada en el sur de Santa Rosa (entre Avenida Luro, Avenida Circunvalación y Ruta 35). Luego allanaron un taller mecánico donde guardaba droga y el departamento de su pareja, en el Barrio Río Atuel. También allanaron su vivienda.
Al día siguiente, en forma simultánea, realizaron allanamientos en Miguel Riglos, Lonquimay y Catriló. Allí, los policías detuvieron a siete supuestos proveedores locales, vendedores al menudeo. En las escuchas telefónicas, aparecían indicios claros de que Silva acopiaba y vendía y entregaba cocaína y marihuana. También distribuía él mismo en Santa Rosa.