Kicillof se prepara para anunciar la salida de la cuarentena y el comienzo del distanciamiento

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

El gobierno de la provincia de Buenos Aires tiene decidido empezar a transitar el camino hacia la nueva normalidad. Se lo permiten los datos epidemiológicos, que se mantienen estables desde hace algunas semanas, y que disminuyó el nivel de presión sobre el sistema sanitario del AMBA, la zona donde más contagios hubo durante seis meses de pandemia, informó Infobae.

El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, dio una pista ayer al ratificar lo que el gobernador Axel Kicillof ha dicho en algunas oportunidades durante los últimos días. La idea de pasar de la cuarentena a una etapa de distanciamiento social y cuidados bajo estrictos protocolos. Un camino de bajada después de llegar al pico de contagios.

“Nuestro Gobernador decía los otros días que probablemente pasemos de una etapa de lo que se llama cuarentena a una etapa de ciertas restricciones”, explicó el titular de la cartera de Salud, quien remarcó en la mañana del lunes que “hay que tener cuidado ya que si se abre mucho la circulación pueden volver a crecer los contagios”. Gollán pide ir paso a paso. Despacio. Pero acepta que hay una disminución de casos en el Gran Buenos Aires.

En La Plata tenían el mes de septiembre agendado desde hace tiempo como el posible punto de inflexión para que la curva de contagios comience a descender y los bonaerenses desanden, con lentitud, el camino hacia una vida protocolizada pero sin tantas restricciones como las del último medio año.

Pasar el invierno era el primer desafío. Porque al Covid-19 se le podía sumar las enfermedades respiratorias tradicionales, lo que generaría que las consultas se multiplicaran diariamente. Ese escenario estaba planteado en mayo como un momento de absoluta tensión en el sistema sanitario. Cuando llegó ese tiempo los hospitales estuvieron al borde de la saturación pero no llegaron al límite. Los médicos no tuvieron que elegir a quién darle una cama o un respirador. La proyección política y sanitaria se ajustó bastante a la realidad.