El municipio de Catriló levantó la clausura del bar Apolo, donde el pasado domingo a la madrugada fueron sorprendidos por la policía un total de 36 jóvenes en una fiesta clandestina.
El dueño del lugar, el padre del organizador de la fiesta de 31 y que hoy afronta una causa judicial por violar la cuarentena, pagó la multa.
Santiago Cazenave, el imputado, indicaron fuentes judiciales, fue condenado hace dos años por la Justicia de General Pico a 3 años en suspenso por encubrir el robo de agroquímicos, ocurrido en un campo de Relmo.
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